viernes, 18 de marzo de 2011

Editorial de Tanimara #12: DESASTRES NATURALES Y TRAGEDIAS REGIONALES


Editorial de Tanimara # 12
Desastres naturales y tragedias regionales

Transcurridos varios meses después de la oleada invernal en Colombia, luego de ayudas y campañas de solidaridad, los resultados no son halagüeños. Tragedias y desastres en varios municipios de Colombia como, Gramalote, Santa Lucia (Costa Atlántica), Calle Vieja (Bello), la Esperanza (Norte de Santander), Mosquera (Cundinamarca), Jamundi (Valle del Cauca), Armenia (Quindío), Popayán (Cauca) y Manatí (Atlántico).

Observamos las directrices y medidas acuciosas del Gobierno de Santos y de algunos de sus ministros de despacho, para atender las emergencias  a mas de dos millones de damnificados, como también la dedicación  a reparar la ruptura del Dique en Atlántico que inundó varias poblaciones y  en general,  una serie de ayudas y donaciones lograron llegar a las personas en esta grave situación de desamparo, de pérdidas de familiares, bienes y enseres. No obstante, visualizamos que no existe un Plan Nacional de Prevención para esta clase de emergencias, cuando algunas de éstas estaban anunciadas. Hay que reconocer que sobre la marcha se direccionaron algunos planes de inversión pero,  es necesario una política pública al respeto, máxime cuando no para  el invierno,  los cambios  climáticos continúan, la contaminación ambiental es permanente y se colocan en riesgo, los páramos alimentadores de agua y vida del ecosistema, como el caso de SANTURBAN en Santander, por parte de la Compañía Multinacional GREYSTAR.

Es de resaltar, el cambio de estilo del Gobierno de Santos  de la diplomacia de compromiso, de Unidad Nacional y de cautela para NO lanzar declaraciones altisonantes, que permitió normalizar las relaciones diplomáticas con los países vecinos de Ecuador y Venezuela, adelantar una ambiciosa agenda legislativa  con la política de recuperación de victimas, de empleo y de tierras, estabilizar las relación ejecutivo- Cortes Judiciales y en general, crear nuevas expectativas, después de 8 años del  Gobierno  anterior con escándalos de corrupción, chuzadas y parapolítica.  Lo curioso del asunto, es que algunos gobernantes regionales, alcaldes y gobernadores, no marchan al ritmo del Gobierno nacional, porque continúan con el estilo del Gobierno anterior que trazaba, hacia y dirigía; porque no disponen de suficientes recursos en el Presupuesto Municipal,  porque no realizaron gestión para acceder a los recursos que el Gobierno Nacional dispuso, porque existe demasiada corrupción dilapidando el erario público,  o  porque hace falta voluntad política.

Esperemos que en el Plan Nacional de Desarrollo se realicen los reajustes para atender eficazmente  estas  tragedias  y  que las elecciones regionales de octubre se elijan gobernantes con mentalidad gerencial, capacidad de compromiso, entrega con la comunidad y finalmente, se enruten en una dinámica nacional que supere el marasmo burocrático, combata abiertamente la corrupción, el caciquismo, el clientelismo y se respeten las veedurías ciudadanas oportunas sobre las donaciones y ayudas a los damnificados.

 

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