EDITORIAL DE TANIMARA # 15
REATIVACION
DE LA PARTICIPACION CIUDADANA
En seminario de
participación ciudadana realizado al principio del este año por la alcaldía de
Medellín, los senadores John Sudarsky y Jorge Eduardo Londoño, plantearon que
la Ley 134 de participación ciudadana en debate en el
senado para una posible reforma. Una derogación de la ley 134 es difícil y
demorada, porque es una ley estatutaria
que requiere 4 debates en la cámara y 4 en el senado.
La participación ciudadana
es un capital social que fortalece el tejido social, establece confianza
institucional y es fuente de información. Los mecanismos de participación
ciudadana pretenden construir sociedad civil a través de los imaginarios colectivos.
La constitución política colombiana del
91 art. 103, consagró los mecanismos de
participación del ciudadano como el voto, el plebiscito, el referendo, la
consulta popular, el cabildo abierto, la iniciativa legislativa y la revocatoria
del mandato. Posteriormente, se implementó la tutela como medio para reclamar
los derechos ante el estado colombiano.
En los últimos 20 años la
participación disminuyó en las elecciones, en la revocatoria del mandato, se
dieron dos intentos con gobernadores y alcaldes que no progresaron, las
consultas populares fueron cerca de 50 para subir a la categoría de municipio,
prácticamente se limitó la participación ciudadana a al ejercicio de la tutela,
para exigir del estado cumplimento de sus derechos. La forma como está
reglamentada la ley 134 no ha dado éxitos en los mecanismos de participación
ciudadana. Podemos agregar a ello, la
falta de sensibilización y de conciencia ciudadana, en la cual son necesarias
una pedagogía y una educación cívica.
En la realidad colombiana
se efectuó dispersión de la oferta participativa en los mecanismos, antes
teníamos movilizaciones de protesta en el campo y la ciudad con los campesinos,
los estudiantes y los sindicatos que rompieron la dirección colectiva y
aglutinaron cantidad de masas; pero luego, se individualizó la protesta,
desaparecieron por momentos las protestas masivas, debido a la falta cohesión
política y social de los partidos políticos y de las organizaciones sociales
que hicieron crisis de convocatoria y de credibilidad. Agreguemos, la ola
violencia, el desplazamiento de campesinos y las amenazas de los actores
armados del conflicto.
Al presente, vivimos un momento de reactivación de la participación
ciudadana con la Mesa Nacional estudiantil, la protesta por mejores condiciones
de salud, el impulso de referendo revocatorio contra la reforma a la justicia,
las elecciones pasadas de las Juntas Comunales indicaron una relativa
participación de la comunidad con el fin de utilizar este instrumento legal y cívico, para levantar opiniones de convivencia ciudadana y de
ejercer presión a través de los mecanismos existentes, en vías a solucionar los
problemas más apremiantes, ante alcaldes
y gobernadores; la protesta contra el alza del impuesto
predial y el movimiento indígena en el Cauca, reclamando el derecho a la tierra ancestral y a
la soberanía de su gobierno.
Sobre la agenda nacional
quedan pendientes temas para un posible referendo del pueblo colombiano, como
la legalización del aborto, del matrimonio gay y la adopción de niños, la
aprobación de la cadena perpetua para delitos atroces, entre otros.
En síntesis, es conveniente
para la democracia participativa reactivar la participación ciudadana con
objetivos claros de denuncia e información pública que gane opinión y protagonismo
de oposición política para generar un campo de poder político que tenga como
norte la construcción de una patria soberana, independiente y de bienestar para
nuestro hijos y nietos. El objetivo sigue siendo disputar y desenmascarar
oportunamente las verdaderas intenciones e intereses de la clase política y el
Gobierno Nacional, por ejemplo cuando
hundió la llamada reforma a la justicia.
C
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