viernes, 28 de enero de 2011

BETSABÉ ESPINAL: UN GRITO DE REBELDIA

BELLO:  90 años de la Primera  Huelga  Femenina

Roberto Moreno, Líder sindical

Con distintos y emotivos actos, de los cuales tuvimos oportunidad de participar los miembros del Periódico Tanimara, al lado de distintas organizaciones de mujeres, estudiantes, historiadores, sindicalistas y vecinos, se conmemoraron los heroicos  21 días de huelga en la Fábrica de Tejidos de Bello (del 12 de febrero al 4 de marzo de 1920), la misma que pasaría a la historia como la primera huelga de mujeres obreras en el país. Al tiempo, se hizo homenaje a Betsabé Espinal, ejemplo de liderazgo de aquel movimiento huelguístico, pionero de la lucha por el trabajo decente y por el respeto a la dignidad de las mujeres en los sitios de trabajo.


Las jornadas en conmemoración de la huelga, culminaron con una nutrida marcha el domingo, 7 de marzo, previo al Día Internacional de la Mujer, que recorrió las calles de Bello, desde el Parque principal hasta las instalaciones donde funcionó, en su época, la Fábrica de Tejidos de Bello, en el Barrio BellaVista.  A éstas empresas llegaban las mujeres, niñas adolescentes, especialmente de familias campesinas que llegaban a las ciudades en busca de opciones de trabajo. Las casadas no eran vinculables especialmente por la sanción moral que la iglesia tenía para con las mujeres casadas que trabajaban: el abandono del hogar, descuido de los hijos, el marido y los oficios del hogar. Esta condición laboral creó todo un clima de explotación máxima, con abuso y acoso sexual a las trabajadoras y sin normatividad laboral que las protegiera.


Los hechos que desencadenaron la huelga.
La Fábrica de Tejidos del municipio de Bello fue la primera textilera a gran escala, de modelo Manchesteriano, fundada en 1904 por el empresario Emilio Restrepo Callejas, además era un latifundista y concejal de Medellín. Siendo un empresario que generaba progreso industrial su carácter fue más de esclavista por el tipo de reglamento interno que imponía a las obreras: jornadas de trabajo de 16 horas o más, las obligaba a trabajar descalzas, permitió los abusos de los supervisores, mantenía a las obreras internas y siendo mayoría las obreras, unas 400 por sólo 110 hombres, éstas recibían mucho menor salario que aquellos.

Todos estos abusos, generaron el malestar de las trabajadoras y la idea de presentar unas  peticiones al empresario. Por largo tiempo estuvieron preparando e intentando la presentación de sus exigencias y respaldarlo con una parálisis laboral. En un brote de inconformismo, paralizaron en alguna ocasión, una sección de telares. Pero el día habría de llegar: un 12 de febrero, en 1920, obreras como Teresa Tamayo, Adelina González, Carmen Agudelo, Teresa Piedrahita, Matilde Montoya y una joven, muy bonita y “cejona”, la más  fogosa y decidida, Betsabé Espinal, se pararon a las 6:00 a.m. en las puertas de acceso a la fábrica, denunciando los abusos e instigando a parar las labores. Betsabé se erigió como líder de la revuelta y organizó a sus compañeras en Comisiones para buscar solidaridad. Se apoyó en la prensa, en las familias y en la comunidad municipal, que simpatizó con la causa de las trabajadoras. Ni capataces y supervisores, ni el propio cura de la iglesia Nuestra Señora del Rosario, pudieron contener el grito de rebeldía de Betsabé Espinal y sus compañeras ni hacerlas desistir de la huelga.
Generalizada la huelga, solo un puñado de hombres estaban encargados de dar mantenimiento a las máquinas y asear la fábrica, el paro alcanzaba su grado máximo y las trabajadoras fortalecían su empeño de encontrar respuestas a sus peticiones; también fracasó la mediación del Sr. Alcalde de Medellín y de las autoridades eclesiásticas. Al 3er. día de huelga las lideresas visitaron la Gobernación de Antioquia y algunas sedes de prensa de la ciudad como El Correo Liberal, El Espectador y “El luchador” quienes publicaron al día siguiente estas palabras expresadas por Betsabé: “No tenemos ahorros para sostener la huelga, solo tenemos nuestro carácter y el orgullo, nuestra voluntad y nuestra energía”
  
La líder y los logros de la huelga.
Para este momento, Betsabé tenía 24 años de edad; pero ¿Quién era esa tal Betsabé? Fue una hija natural de la señora Celsa Espinal y había sido bautizada en la Parroquia de Nuestra Sra. Del Rosario, en Bello, en 1.896. Justamente por ser hija natural llevó el apellido materno (por error, se había difundido que su apellido era Espinosa). No se conoce de descendencia alguna de Betsabé, al parecer fue hija única y que falleció, viviendo en la ciudad de Medellín, en un trágico accidente al desprenderse un cable eléctrico de alto voltaje y quedar en la acera de su cuadra. Betsabé en un acto temerario tomó el cable para retirarlo, muriendo electrocutada. Falleció un 16 de noviembre de 1932, a la edad de 36 años.  De la ejemplar lucha por la dignificación laboral de las mujeres, sucedida hace 90 años, quedarían los logros como la conquista de un aumento salarial del 40%, pactaron una jornada laboral de 10 horas , tiempo suficiente para el almuerzo, autorización para asistir calzadas al trabajo, eliminar las multas por llegar tarde y por daños en los telares y el despido inmediato de un supervisor y dos administradores, los más descarados acosadores sexuales de la empresa. 
Fuente: Periódico  altablero, Julio-agosto de 2009. Bogotá.



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